Por Horacio Nájera
Se hizo viral un video del legendario “Tanque” Carlos Miloc en el que, palabras más palabras menos, el entrenador uruguayo dijo que un verdadero Tigre jamás apoyaría a los Rayados cuando el Monterrey disputara una final. Las palabras de Miloc fueron rescatadas en el contexto del supuesto dilema en el que los aficionados Tigres se encontrarían en esta serie final del torneo, en el que se enfrentan los dos rivales deportivos más poderosos de los felinos. ¿A quien apoyar, al rival de la ciudad o al que -literal- te quitó de un golpe la copa? Cierto es que la rivalidad regia es mucho de lo que es por la pasión con la que cada aficionado defiende y alienta a su equipo. Cierto es que en su momento las dos aficiones han sido reconocidas internacionalmente por su entrega, y cierto es que jugadores y técnicos han destacado por años el peso de jugar en el Volcán y en el BBVA. También es cierto que, en la cultura regiomontana, la “carrilla” futbolera es tan parte de la vida diaria como la carne asada, la cerveza y la Joya de ponche. El mensaje de Carlos Miloc ha resonado entre la comunidad Tigre porque “limpia el aire” sobre a quien o no desear que gane la final. Sin embargo, es bueno recordar que cuando el “Tanque” uruguayo hablaba, el nivel de violencia en la sociedad regiomontana era muy, muy diferente a los tiempos que hoy se viven. Hoy, la mecha de la tolerancia es muy corta y la carga explosiva de frustración, ansiedad y stress en la sociedad es elevada. Cuando Miloc habló, no existían los hoy llamados “grupos de animación”, burdas imitaciones de las barras bravas de Argentina que por momentos actúan más como una pandilla irracional. El mensaje del entrenador ocurrió en un momento en el que Tigres y Rayados no eran los protagonistas que son hoy en el futbol mexicano. La polémica, y por momentos la soberbia norteña, son tema de conversación en mesas de análisis en programas nacionales. Cuando Miloc habló, no había redes sociales que amplifican mensajes, enaltecen imbéciles y capturan las mentes iletradas o infectadas por el virus del fanatismo, muchas de ellas escondidas detrás del teclado para fomentar el odio al diferente. La evolución de la sociedad y su transformación influenciada por la violencia sistémica en México interpreta muy diferente el mensaje añejo de Carlos Miloc. En el futbol, como en la vida, hay que ser adversarios, jamás enemigos. Al ser Tigres adversario de los Rayados y América, debería de importarle nada quien gane. Que disfruten el tricampeonato o el primer título ganado -finalmente- en su casa. La afición felina debe de concentrarse en recargar energías para lo que será un semestre muy, muy emotivo. El semestre del adiós. DE REBOTE Renunció el alto comisionado de la FemexFut. O de plano se dio cuenta con el nido de víboras en el que estaba, se cansó de ser una marioneta de los verdaderos dueños de la pelota, o no pudo ganar lo que esperaba ganar. Como sea, algo bueno debería de salir de la renuncia, pero como es el futbol mexicano, seguramente sucederá lo contrario.