Una fuerte controversia y preocupación se ha desatado en Ciudad Juárez tras un violento enfrentamiento entre dos alumnas de la Preparatoria Estatal No. 8420 turno vespertino «Zaragoza», con graves acusaciones de presunta omisión por parte de las autoridades escolares y directivas.
Los hechos se registraron el pasado martes 4 de noviembre, alrededor de las 19:00 horas. Un video del incidente, que circula y ha causado alarma, muestra un nivel de violencia entre las estudiantes que, según testigos, sobrepasa «la condición racional».
El momento más crítico de la confrontación ocurrió cuando una de las jóvenes quedó inconsciente en el suelo y comenzó a convulsionar. Testigos, incluyendo padres de familia, aseguraron que el personal escolar no actuó de inmediato para auxiliarla. Finalmente, fueron los propios padres presentes quienes brindaron apoyo y trasladaron a la alumna para que recibiera atención médica.
La situación provocó una fuerte molestia entre los padres, quienes cuestionaron la falta de control de los directivos, pues el personal debía estar en la escuela a esa hora.
De acuerdo con informes de profesores y alumnos, el director encargado, Pedro Moreno, se encontraba ausente. El subdirector adjunto, profesor Diego Flores Martínez, habría intervenido, pero supuestamente «protegiendo al personal» al ordenar la salida y dispersar al equipo, dejando el problema sin resolver. Al ser confrontado, el subdirector habría justificado su acción alegando obedecer órdenes del supervisor, el Dr. Armando Acosta, antes de retirarse.
La misma noche del martes 4 de noviembre se reportó un segundo incidente: una joven alumna «se pintó la escuela» y fue localizada en el Polideportivo Salvarcar en estado inconveniente por consumo de alcohol y drogas. Padres de familia y policía brindaron el auxilio y la trasladaron para atención médica.
Respecto a este caso, se señala que la supuesta instrucción del supervisor encargado, Dr. Armando Acosta, fue que la joven fuera expulsada de la escuela. Esta medida ha sido duramente criticada por desatender la misión formativa de los profesores, que deberían ofrecer «entrega, cuidado y apoyo a los alumnos».
Una madre de familia, quien denunció que su hijo también ha sido golpeado en dos ocasiones sin recibir apoyo, expresó su preocupación e indignación, exigiendo que los directivos asuman su cargo «para desempeñarlo con honor».

