El descubrimiento, realizado por un equipo de National Geographic 100 años después de que el alpinista desapareciera con George Mallory, podría añadir nuevas pistas a uno de los grandes misterios de aventuras sin resolver de todos los tiempos.
Cuando lo vieron, no había duda de lo que estaban mirando: una bota derritiéndose en el hielo. A medida que se acercaban, se dieron cuenta de que el cuero agrietado estaba viejo y desgastado, y que la suela estaba tachonada y sujeta con clavos de acero con dibujos de diamantes de una era pasada de escalada.
En septiembre, en la amplia extensión del glaciar Central Rongbuk, debajo de la cara norte del Monte Everest, un equipo documental de National Geographic que incluía al fotógrafo y director Jimmy Chin, junto con los cineastas y escaladores Erich Roepke y Mark Fisher, examinaron la bota más cercanamente. En el interior descubrieron un pie, unos restos que reconocieron al instante como pertenecientes a Andrew Comyn Irvine, o Sandy, como se le conocía, que desapareció hace 100 años con el famoso escalador George Mallory.
“Levanté el calcetín”, dice Chin, describiendo el momento, “y hay una etiqueta roja que tiene cosido A.C. IRVINE”. Chin dice que él y sus compañeros reconocieron el significado del momento al unísono. «Todos estábamos literalmente corriendo en círculos lanzando bombas F».