Alemania: La locomotora se detiene
Por H.C. Esquivel
El anuncio a principios de septiembre cimbró los mercados: Volkswagen, que además de ser el símbolo industrial de su país, es el principal empleador nacional, con más de 120 mil trabajadores, debería cerrar dos plantas en Alemania para mantener su viabilidad financiera.
El país más industrializado y poblado de Europa, considerado “La Locomotora” de la Unión Europea por su otrora potencia económica, está en proceso de detenerse.
Desde 2023 atraviesa por una recesión económica alimentada por un aumento en la inflación, baja en la producción industrial, aumento del desempleo y de la pobreza, que no es más que el reflejo lógico de un proceso de desindustrialización que, de una u otra manera, tarde o temprano, detendrá a los demás “vagones” del continente europeo.
¿Se pudo evitar?, sí. ¿Cómo llegó Alemania a tal punto?, la respuesta corta es: por las malas decisiones de sus gobernantes debido al vasallaje que tiene con el gobierno de Estados Unidos, en parte porque EU escribió su constitución y porque tiene activas 11 bases militares en territorio alemán.
Desde el inicio de la guerra de la OTAN contra Rusia en territorio ucraniano, en febrero de 2022, un puñado de analistas internacionales de la escuela crítica, es decir, de quienes no siguen el discurso oficial de los medios masivos mayoritarios y toman en cuenta otros actores y factores, adelantaron que los paquetes de sanciones contra Rusia, como desconectarla del sistema de pagos internacionales SWIFT, o dejarle de comprar y vender cientos de productos, más que afectar la economía del país que invadió con su ejército el territorio ucraniano, terminarían por retornar como un búmeran y golpear en territorio europeo.
Todas esas voces, tildadas en su momento de “alarmistas” o “pro rusas”, han visto como sus indeseadas predicciones, (muchos de ellos viven en Europa y algunos incluso en Alemania), se cumplen con afectación a miles de personas, cifra que subirá a millones.
En la coalición de gobierno que llevó al actual Canciller Olaf Scholz, llamada Semáforo por los colores verde, rojo y amarillo, el Partido Verde alemán empujó al cierre de sus plantas nucleares que fue gradual durante varios años y se concretó “sin vuelta atrás” en 2023 en medio de una crisis energética.
La pérdida de energía se incrementó con la guerra en Ucrania, que redujo la llegada de gas seguro y barato desde Rusia, aunque el flujo continuó, pero la urgencia obligó a Alemania a reabrir minas de carbón y a completar sus necesidades con plantas carboeléctricas ¡otro triunfo para los Verdes!
Previo a la guerra, las perspectivas para Alemania eran todo lo contrario, el gas ruso que alimentaba desde 2012 su industria automotriz, química, metal mecánica a través del gasoducto Nordstream, a través del Mar Báltico, se duplicaría en 2022 con la inauguración del Nordstream 2, de mayor capacidad, un proyecto de 11 mil millones de dólares, invertidos principalmente por la rusa Gazprom, pero donde otros países tenían interés y algunas inversiones menores, incluidas Francia y España.
Sin embargo, los nubarrones se cernían sobre Alemania: el 7 de febrero de 2022, en la Casa Blanca, Joe Biden dijo en la propia cara de Olaf Scholz, que si Rusia invadía Ucrania, Estados Unidos “le pondría fin” al Gasoducto Nordstream 2.
En septiembre de ese año se concretó el considerado, mayor sabotaje industrial de la historia; tres de los cuatro tubos del Nordstream 1 y 2 estallaron. Aunque se trató de un acto de guerra contra Alemania y contra Rusia, la investigación sobre su autoría nunca se llevó a cabo.
Para ayudar a su “socio” Alemania, Estados Unidos se ofreció a surtir parte del gas que necesitaba, pero a un precio hasta cuatro veces mayor, además de los costos logísticos de transporte, licuefacción y recomposición. Debido a las sanciones, Alemania debió completar su suministro con gas de otros países como Argelia, Turquía e incluso Rusia, pero no por gasoducto, sino gas natural licuado que llega por barcos.
En un entorno de alzas hasta de ocho veces más en los costos energéticos para las empresas, un mes después de la voladura de los Nordstream, en agosto del 2022, el Presidente Joe Biden firmó la Inflation Reduction Act, una ley que buscaba reducir la inflación y mejorar la inversión en energías verdes, pero que en los hechos, buscaba la llegada de empresas de Europa, en especial de Alemania y Francia, ofreciéndoles miles de millones de dólares en exenciones de impuestos, préstamos y subsidios.
A mediados de este 2024, Estados Unidos tenía promesas de inversiones de empresas alemanas por 15 mil 700 millones de dólares, el doble del año anterior.
Por el otro lado, en Alemania las empresas como la acerera Tyssenkrupp lanzan llamados de auxilio ante la pérdida de competitividad. La principal química mundial, BASF, ha reducido sus operaciones en un 25 por ciento en Alemania, pero las ha incrementado en otros lados, como en China, con su mega planta en la provincia de Guangdong, al sur del país asiático.
Oliver Blume, delegado consejero del Grupo Volkswagen, es claro al apuntar que armadora puede cerrar sus plantas “debido al deterioro de la posición de Alemania como lugar de fabricación”.
Helena Weisbert, Directora del Centro de Investigación Automotriz, considera “inevitable” el cierre de plantas de VW en Alemania, lo que traería un efecto colateral en toda la proveeduría que afectaría a muchas otras empresas en Alemania y países vecinos.
Alemania lidera en Europa con 17 por ciento de población en pobreza, pero como locomotora, también podría arrastrar a otros países en el mismo sentido.
En sentido contrario, la región norte de América está en un proceso de industrialización, en parte por la llegada de empresas asiáticas, pero por otras de Europa, lo cual apunta a un proceso de una América más rica y una Europa más pobre.