Por H.C. Esquivel
Ante el permiso de los países OTAN para que Ucrania ataque con sus misiles de largo alcance al territorio ruso, tocó al Presidente ruso, Vladimir Putin, mover ficha y el resultado alteró los nervios de Estados Unidos.
En el marco del Foro Internacional Económico de San Petersburgo, donde los representantes de unos 140 países demostraron que Rusia no está aislada, como sostiene el discurso “oficial”, el mandatario ruso atendió cara a cara a los directores de corresponsalías internacionales de medios de Alemania, Francia, Estados Unidos, Japón, e Inglaterra, entre otros.
Putin afirmó que, como represalia ante el permiso que le dieron a Ucrania países como Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, de atacar con sus misiles territorio ruso, él no respondería atacando directamente a esos países, como sería su derecho, pero que, en cambio, podría dotar de armamento similar a países o milicias enemistadas con estos países en cualquier otra parte del mundo.
El mandatario ruso dejó en claro que su ejército sabe que no son los soldados ucranianos quienes manipulan los complejos sistemas de misiles, sino que son militares ingleses quienes manejan y programan los ataques en territorio ruso con misiles Storm Shadow, uniformados franceses quienes disparan los misiles Scalp-EG, y equipos estadounidenses quienes operan los sistemas de misiles ATACMS.
Los analistas estadounidenses quizá pensaron en la posibilidad de misiles rusos en manos de las milicias que combaten en su contra en países como Siria, Irak, en la región africana del Sahel, pero también y con mayor alarma, en armas rusas en manos de las milicias Hutíes de Yemen, quienes ya han atacado a su segundo Portaaviones de propulsión nuclear más importante, el Dwight Eisenhower.
Desde el inicio de las hostilidades de Israel en la Franja de Gaza, las milicias yemeníes iniciaron un bloqueo marítimo en el estrecho de Bab El Mandeb, “El Estrecho de las Lágrimas” en el Mar Rojo, para todo barco con dirección a puertos israelíes, o propiedad de Israel.
La petición de los Hutíes era detener la matanza de civiles en Gaza, pero en respuesta, Estados Unidos siguió enviando armas a Israel y organizó junto a Australia, Inglaterra, Alemania y otros países, una flota con la cual han realizado bombardeos sobre las ciudades de Yemen, pero en los hechos no han podido detener el bloqueo que afecta un 30 por ciento del tránsito mundial de contenedores de mercancías. A la par, los barcos de guerra occidentales están expuestos a los ataques de misiles y drones.
El siguiente movimiento del líder ruso fue recordar a Estados Unidos que el caos bélico también puede llegar a las fronteras de su país.
El “amistoso” envío de la Fragata Gorshkov y el submarino de propulsión nuclear Kazán al puerto de La Habana, a unos 200 kilómetros de las costas de Florida, fue un claro recordatorio de la Crisis de los Misiles de octubre 1962, un eco del envío de misiles nucleares rusos a Cuba, como una respuesta al previo envío de misiles nucleares estadounidenses a Turquía.
Los barcos rusos harían también una parada en Venezuela, lo que podría ser un recordatorio a Inglaterra que los misiles rusos podrían tener como blanco al buque de guerra inglés HSM Trent, enviado en diciembre de 2023 a la región del Esequibo, una zona rica en petróleo y minerales disputada entre Guyana y Venezuela.
El siguiente movimiento de Putin fue quizá el más alarmante para Estados Unidos; en su visita a Corea del Norte firmó el 18 de junio con su homólogo Kim Yong Un, un tratado de asociación estratégica.
El acuerdo implica la protección mutua de ambos países en caso de guerra, pero va más allá e incluye el intercambio tecnológico. Corea del Norte posee cabezas nucleares y misiles balísticos intercontinentales que pueden tocar territorio estadounidense. Con apoyo de Rusia ha logrado colocar en órbita su primer satélite y podría perfeccionar sus misiles hipersónicos.
Aunque no se menciona, el acuerdo de Rusia y Corea implica directamente a China. Sería la conformación de un bloque militar que tendría como su opuesto directo a la alianza de Corea del Sur, Japón, Australia y el Reino Unido que Estados Unidos está conformando para enfrentar militarmente a China en el Pacífico.
El movimiento ruso fue duramente criticado por el Gobierno de Estados Unidos, pero en ojos de Rusia, es una respuesta espejo a las firmas de acuerdos de cooperación militar que han firmado en lo individual con Ucrania países OTAN como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, España o Polonia, una manera de meter a Ucrania a la organización atlántica por la puerta trasera.
La gira de Putin concluyó en Vietnam, donde firmó con el mandatario To Lam, un acuerdo para no unirse a bloques militares que vayan en contra de ambos países, una manera de quitar a Vietnam de la ecuación en la que algunos analistas ven como “inevitable” guerra de Estados Unidos contra China.
Al igual que en los prolegómenos de las dos guerras mundiales anteriores, los bloques de países se agruparon mediante acuerdos y tratados, muy similar al escenario actual.