Por H.C. Esquivel
Mientras cientos de drones explosivos y misiles iluminaban junto a la defensa antiaérea el cielo nocturno de Israel, a nivel mundial, las búsquedas más significativas en Google eran en torno a la tercera guerra mundial, cómo sería y sus posibles consecuencias.
Ciertamente, el conflicto en esa zona de Asia occidental tiene todos los ingredientes para incendiar un conflicto bélico de dimensiones apocalípticas, pero, por encima de lo “espectacular” de los ataques de Irán en territorio de Israel, mientras el mundo estaba en vilo, el explosivo intercambio parece haber dejado discretas sonrisas en los dos protagonistas y en sus aliados.
Al parecer, cada uno de los participantes obtuvo su “ganancia” en lo que es un peligroso acto de equilibrismo que, aún en estos días, podría desatar el infierno donde las grandes potencias se vean arrastradas a un indeseado choque.
Para empezar, Israel es una potencia nuclear con unas 300 bombas atómicas “no declaradas”, y cuenta con el apoyo irrestricto de Estados Unidos, Inglaterra y Francia, también potencias nucleares.
Por el otro lado, Irán, potencia regional cuya posesión de armas nucleares es un misterio, pero es uno de los tres países del mundo que han conseguido poseer misiles hipersónicos de largo alcance y cuenta con el respaldo de los otros dos países con tecnología hipersónica; Rusia y China.
El ataque israelí del 1 de abril en la sede diplomática de Irán en Siria con un misil lanzado desde un avión F-35 de última generación fue un abierto acto de guerra y aunque el caso se llevó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, los aliados de Israel encabezados por Estados Unidos evitaron que se tomara una decisión o siquiera condenar el acto.
El sábado, cuando el régimen persa lanzó su ataque, el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javd Zarif, dijo que era una respuesta al ataque israelí en su embajada, y estaba amparado en el Artículo 51 de la Carta de la ONU, que habla sobre la legítima defensa, ¡y tenía razón!
Al reunir las piezas después del ataque, el periodista financiero Alberto Iturralde cree tener una respuesta a lo que parecía un sinsentido de incendiar el mundo.
Después del ataque a su sede diplomática, Irán prometió venganza, pero se tomó su tiempo y trazó un plan que lo dejara en buena posición ante su pueblo, ante el mundo musulmán, y ante sus socios estratégicos, Rusia y China, pero también ante sus rivales.
Al menos tres días antes, el gobierno iraní avisó a Estados Unidos, es decir, Israel sabía lo que venía, incluso medios occidentales, como Bloomberg, hablaban un día antes del evento, de la posibilidad de 500 drones y cientos de misiles, según inteligencia estadounidense.
El ataque llegó el sábado, “Sabath”, día de asueto para el país Hebreo. Durante más de seis horas, cientos de drones con motor de pistón y hélice de dos paletas, cubrieron los cerca de mil 500 kilómetros de distancia entre ambos países, dando tiempo a que todos se prepararan.
Los drones, algunos rechazados en 2022 por Rusia para la guerra en Ucrania, eran en cierta forma, “material de desecho”, pero sirvieron para saturar la llamada “Cúpula de Hierro”, la defensa antiaérea de Israel, en lo que decenas de misiles balísticos y de crucero buscaban llegar a sus objetivos.
Aunque la gente buscó en masa los refugios subterráneos, ninguna ciudad recibió ataque, ningún edificio civil fue impactado, todos los ataques llevaban como mira objetivos militares.
Junto con sus países aliados, Israel informó que habían interceptado el 99 por ciento de todos los ataques, ¡éxito para Israel!
En redes sociales circularon videos donde los misiles iraníes hicieron diana en bases militares de Israel, ¡éxito para Irán!
Miles de iraníes salieron a festejar la venganza “Israel es vulnerable”. A la par, miles de palestinos salieron a las maltrechas calles de Gaza a celebrar que luego de más de seis meses, ese día no recibieron ataque del ejército hebreo y, ¡mejor aún!, su enemigo estaba bajo fuego.
Tras atacar por primera vez suelo Israelí, Irán se dio por bien servido, informó que su venganza había concluído y como mensaje directo a sus rivales de sus capacidades, en medio del ataque lanzó unos 7 misiles hipersónicos que impactaron en las bases aéreas de Ramón y Nevatim.
Tras la venganza iraní, Rusia envió una fragata de guerra a la zona y afirmó su respaldo a Irán, mientras que Estados Unidos se dijo comprometido a defender a Israel, pero el gobierno también difundió un comunicado de una llamada entre el Presidente Joe Biden y el Primer Ministro Netanyahu, donde le pedía detener cualquier agresión a Irán.
Además, EU dijo que no participaría en futuros ataques contra Irán, ¡éxito para la diplomacia de Biden en detener una escalada!
El ex Primer Ministro de Inglaterra, actual ministro de Relaciones Exteriores, David Cameron, celebró la defensa de Israel y también pidió no atacar de nuevo a Irán.
¿Y qué ganó Israel?
Después de gastar unos mil millones de dólares en los misiles lanzados por su “Cúpula de Hierro”, las buenas noticias llegaron rápido, Chuck Schumer, dirigente del Senado, informó que había consenso para someter a votación el paquete de ayuda económica a Israel.
Mike Johnson, líder del Congreso, informó que esta misma semana se votará un paquete por unos 95 mil millones de dólares, donde viene incluída la ayuda para Israel y Ucrania.
Los congresistas republicanos, negados desde el año pasado a votar un paquete de ayuda para la guerra en Ucrania, tienen ahora, en el ataque de Irán, una perfecta justificación para votar un paquete de ayuda a Israel, justo ahora que los votantes, impactados por ver los misiles y drones en el cielo israelí, vean justo mandar miles de millones de dólares en ayuda militar.
La votación deberá ser ahora que no se nota que el apoyo se convertirá en armas para Israel, algunas para reponer sus defensas antiaéreas y otras que serán usadas contra los palestinos. ¡Éxito para la industria militar estadounidense!