La isla de Jaina, situada en la costa occidental de la península de Yucatán y considerada uno de los asentamientos mayas más importantes entre los años 600 y 1100 d.C., continúa cerrada al público. A pesar de ello, una parte de las piezas arqueológicas recuperadas en años recientes ya puede verse en el Museo de Arqueología Maya del Camino Real de Hecelchakán, reabierto este año tras una actualización museográfica.
Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH Campeche, explicó que Jaina destaca por su relevancia territorial y su posible papel como centro político y comercial. Aunque por décadas fue considerada una necrópolis, investigaciones recientes confirman que se trataba de una ciudad completa con templos, palacios, juego de pelota y un puerto, además de numerosos entierros cuya razón aún no se ha determinado.
La especialista señaló que muchas de las figurillas halladas en la isla no fueron elaboradas en Jaina, sino en distintas regiones del Golfo de México —como Veracruz, Tabasco y Campeche—, lo que confirma su importancia como punto de intercambio.
Velázquez Morlet también destacó nuevos estudios sobre el papel de la mujer en la sociedad local. Las figurillas exhibidas muestran que las mujeres no solo cumplían funciones tradicionales, sino que también pudieron haber sido dignatarias y gobernantes. Algunas representaciones femeninas portan lo que parece ser una cuerda alrededor del cuello, lo que, según teorías recientes, podría indicar que se trataba de mujeres nobles tomadas como cautivas.
La investigadora agregó que aún falta profundizar en el papel político de Jaina dentro de la región, ya que ciudades como Xcalumkín dependían de ella y pudieron haber funcionado bajo la administración de gobernantes locales de segundo orden.
Entre las piezas más llamativas destacan dos figurillas femeninas articuladas, conocidas popularmente como “muñecas de Jaina”, aunque su función sigue siendo un enigma. Estas piezas eran depositadas en entierros y podrían representar figuras rituales o espíritus acompañantes, más que juguetes.
Las investigaciones continúan, y los especialistas reconocen que la isla aún guarda numerosos secretos sobre la vida y organización del mundo maya.

