Un pastor descubrió en julio el cuerpo congelado de un hombre desaparecido hace casi tres décadas en una zona montañosa del norte de Pakistán, revelando una historia marcada por la tragedia, la espera y el impacto del cambio climático.
Nasiruddin, quien en 1997 tenía 31 años, se extravió tras caer en una grieta mientras cruzaba el glaciar Lady Meadows en Kohistán, cerca de la frontera con Afganistán. Su hermano, que lo acompañaba, logró regresar a la aldea, pero los esfuerzos por recuperar el cuerpo se frustraron durante años por la falta de recursos.
Solo ahora, con el retroceso acelerado del hielo producto del calentamiento global, su cadáver emergió intacto, aún con su cédula de identidad. La noticia trajo alivio a su familia, que nunca dejó de buscar respuestas.
“Durante años hicimos todo lo posible para encontrarlo”, relató su sobrino Malik Ubaid. “Encontrarlo, aunque tarde, ha sido un consuelo”.
Pakistán, que alberga más de 13.000 glaciares —la mayor cantidad fuera de las regiones polares—, enfrenta el deshielo acelerado de sus cumbres. Este fenómeno, además de alterar ecosistemas, empieza a revelar historias congeladas en el tiempo.#
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