Antes de que El Padrino fuera un clásico del cine, fue una novela escrita por necesidad. Mario Puzo tenía 45 años, deudas enormes, y un pasado de escritor ignorado. As
Así que se sentó a escribir sobre lo que vendía: poder, preceptos y familia.
Así nació Don Vito Corleone, una figura literaria que lo cambió todo.
El líder silencioso, el padre protector, el que hablaba bajito… y hacía que todos escucharan.
La novela fue un éxito. Hollywood la adaptó. Y Coppola dirigió la película que haría historia. Pero mientras todos veían la obra maestra en pantalla… nadie preguntaba por el autor.
Porque Mario Puzo no se volvió estrella. No daba entrevistas glamurosas. No exigía protagonismo. Solo escribía. Y reescribía. Incluso ayudó a adaptar el guion… sin firmarlo con grandeza.
“Si alguna vez dijiste ‘Le haré una oferta que no podrá rechazar’, le debes más a Puzo que a Brando.”
Mario Puzo: el escritor que entendía el poder, pero prefirió usarlo para pagar las cuentas y dejar que otros se llevaran la luz.
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