UNA RENUNCIA POR HONOR
El general del ejército de los Estados Unidos Mark A. Milley renunció al servicio del gobierno. Milley fue un comandante general altamente condecorado en el ejército, sirvió en muchas operaciones, y fue presidente del Estado Mayor Conjunto desde el 30 de septiembre de 2019 hasta el 30 de septiembre del 2023. Consideró la renuncia varias veces, sobre todo cuando Trump había sacado a Milley de una importante reunión para usarlo como escolta para atravesar la niebla de gases lacrimógenos en la capital durante una protesta, para que Trump pudiera hacerse una foto sosteniendo una Biblia frente a una Iglesia.
Lea y considere esa renuncia:
«Los acontecimientos de las últimas dos semanas me han hecho hacer un profundo examen de conciencia, y ya no puedo apoyar y ejecutar fielmente sus órdenes como Presidente del Estado Mayor Conjunto. Creo que está haciendo un daño grande e irreparable a mi país. Creo que usted ha hecho un esfuerzo concertado a lo largo del tiempo para politizar el ejército de los Estados Unidos. Pensé que yo podría cambiar eso. Me he dado cuenta de que no puedo, y necesito hacerme a un lado y dejar que alguien más intente hacerlo.
Segundo, estás usando a los militares para crear miedo en las mentes de la gente y nosotros estamos tratando de proteger al pueblo estadounidense. No puedo quedarme de brazos cruzados y participar en ese ataque, verbalmente o no, contra el pueblo estadounidense. El pueblo estadounidense confía en sus militares y confía en nosotros para protegerlos contra todos los enemigos, extranjeros y nacionales, y nuestro ejército hará precisamente eso. No le daremos la espalda al pueblo estadounidense.
Tercero, hice un juramento a la Constitución de los Estados Unidos y encarnado en esa Constitución está la idea que dice que todos los hombres y mujeres son creados iguales. Todos los hombres y mujeres son creados iguales, sin importar quién eres, si eres blanco o negro, asiático, indio, sin importar el color de tu piel, sin importar si eres gay, heterosexual o algo intermedio. No importa si eres católico, protestante, musulmán, judío, o eliges no creer. Nada de eso importa. No importa de qué país viniste, cuál es tu apellido, lo que importa es que somos estadounidenses. Todos somos estadounidenses. Que estos colores de rojo, blanco y azul —los colores por los que mis padres lucharon en la Segunda Guerra Mundial— significa algo alrededor del mundo. Es obvio para mí que usted no piensa en esos colores de la misma manera que yo. También que usted no aprecia esos valores ni la causa a la que sirvo.
Y por último, es mi profundamente creencia de que está arruinando el orden internacional, y causando daños significativos a nuestro país en el extranjero, por el que luchó tan duro la generación más grande que se instituyó en 1945. Entre 1914 y 1945, 150 millones de personas fueron sacrificadas en la conducción de la guerra. Fueron sacrificados por tiranías y dictaduras. Esa generación, como todas las generaciones, ha luchado contra eso, ha peleado contra el fascismo, ha luchado contra el nazismo, ha luchado en contra del extremismo. Ahora es obvio para mí que usted no entiende ese orden mundial. No entiende el porqué de esas guerras. De hecho, usted suscribe muchos de los principios contra los que luchamos. Y no puedo ser parte de eso. Con profundo pesar presento mi carta de renuncia.
Mark A. Milley. General de los Estados Unidos».
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