Cada día con el amanecer y atardecer en la capital de Chihuahua la vista al cielo ofrece un flotante espectáculo gratuito de emplumadas alas en planeación que puede durar varios o muchos minutos de expectación.
El evento volátil se puede observar en varias partes citadinas en San Felipe, por la avenida Tecnológico, en las faldas del cerro del Coronel y del Grande.
Por las mañanas al despertar las auras o, zopilotes aura, de nombre científico cathertes aura, pasan horas tomando el sol para calentarse y después, en bandada, agitan fuertemente sus alas para emprender el vuelo alto hasta alcanzar las calientes corrientes de aire y brindar su espectáculo de sincronía giratoria elevándose cada vez más hasta planear y dirigirse a los cerros, llanos y sembradíos circunvecinos en busca de alimento.
El ambientalista Luis Rivera Levario, de Salvemos los Cerros de Chihuahua, indica que “son aves carroñeras que habitan en la ciudad y sus cercanías, y su función es como un escudo biológico al alimentarse de animales en descomposición, lo que ayuda en gran medida a la salud pública de la población de Chihuahua”.
-Qué distancia pueden volar, las auras de la ciudad para encontrar alimento y por qué al salir por las mañanas y regresar en las tardes vuelan en sincronía de espiral ?
-Pueden volar muchos kilómetros sin esfuerzo, ya que planean con las corrientes de aire y pueden llegar realmente lejos. Se pueden ver en las periferias urbanas alimentándose de vacas muertas, perros, caballos y otros animales; en el campo son presas de depredadores como linces, pues hemos visto en el Cañón del Marro por ejemplo, auras comiéndose una vaca muerta, mientras por otro lado encontramos el ala de una de ellas cazada por un felino, señala Rivera Levario,
Su clásico vuelo ascendente en las tardes luce sincronizado, debido a que siguen la corriente de aire caliente ascendente en ciertos puntos de la ciudad, para tomar altura y desde lo alto planear hacia donde perchan (anidan)
“Anidan en lugares altos –explica el ambientalista-, para encontrarse a salvó de depredadores, ya que al no tener cuerdas bucales no emiten sonido y no pueden alertar a otras auras”.
“En la urbe conviven entre nosotros porque la gente las respeta por su aspecto majestuoso; sin embargo, debo reconocer, que muchas personas no prestan atención a su alrededor ya que como las aves están solo de noche y en la mañana, no se molestan con su presencia.
“En temporada de frío se les puede observar en picos de árboles, en las torres de alta tensión y hasta en los espectaculares de la ciudad. Todos los días, por donde yo trabajo, veo a las auras perchadas en un espectacular acá por la Tecnológico”, agregó Luis Rivera Levario.