Por Horacio Nájera
En un nuevo episodio de la tragicomedia llamada Liga BBVAMX, la comentocracia deportiva en el centro del país está que arde de coraje tras el abandono al Cruz Azul del que fuera su mejor entrenador reciente, quien salió por la puerta de atrás, se subió a un avión y llegó por la puerta grande a Portugal.
Para muchos de los analistas, lo que hizo Martín Anselmi al abandonar a la máquina celeste es traición y falta de ética. La ofensa fue tan grande que, a decir de los defensores del buen nombre del futbol mexicano, se llevó de calle lo que hizo su paisano Fernando Gago cuando dejó tirado el proyecto de Chivas, pagó de su bolsa la cláusula de recisión, y regresó a su país a dirigir al Boca Juniors.
De entrada, que estos equipos, todavía llamados “grandes” del futbol, hayan sido protagonistas de estos papelones no es casualidad. Tanto Chivas como Cruz Azul han sido consistentemente material de memes y burla nacional por los desfiguros administrativos y deportivos que han venido haciendo continuamente.
Haciendo a un lado el patrioterismo barato, las salidas de Gago y Anselmi pueden ser inmorales, pero no ilegales. En la economía del futbol profesional, los contratos frecuentemente incluyen cláusulas de recisión en las que empleado y empleador acuerdan terminar la relación anticipadamente si el empleado recibe una oferta mejor y el empleador es indemnizado con una generosa cantidad por el nuevo patrón.
Ninguno de los entrenadores argentinos violó la ley al irse del futbol mexicano, que por cierto no se caracteriza por ser un monasterio de honestidad. Es bien sabido, particularmente en Chivas y Cruz Azul, que los manejos extra cancha, por debajo de la mesa y con manoseos quasi mafiosos han sido constantes por mucho tiempo. Como dice el dicho: “el que mata a puñaladas, no puede morir a besos.”
Visto aspiracionalmente, Fernando Gago se fue al equipo de sus amores, a tomar una oportunidad única de dirigir a uno de los dos equipos más importantes del continente. Martin Anselmi se colocó en la órbita del futbol europeo, con la posibilidad de jugar Champions dirigiendo a uno de los mejores equipos de Portugal. Chivas y Cruz Azul, hay niveles.
Abandonar un proyecto a la mitad por uno mejor puede ser criticado por la falta de compromiso con el equipo de trabajo, pero si la ventana se deja abierta desde el inicio con acuerdo de las dos partes, poco hay que discutir. Además, en no pocas ocasiones se han dado casos en los que los jugadores o entrenadores aprovechan esa oportunidad para irse después de darse cuenta del berenjenal al que se metieron. A Efraín Juárez le pasó con el Nacional de Medellín, cuya directiva no le respetó los acuerdos y detonó en la renuncia del técnico mexicano, a quien curiosamente en su patria lo alabaron por congruente.
Como en cualquier relación comercial entre dos personas, el papelito habla. Si está escrito, ya sea con letra grande o letra chica, se vale. Esa es la mejor forma de evitar un papelote.
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