Por Gerson Hernández Mecalco*
La semana pasada la Presidenta de México Claudia Sheimbaum visitó el estado de Oaxaca. Entre sus actividades inauguró la carretera Mitla-Tehuantepec, acompañada del Gobernador Salomón Jara. De acuerdo con el presupuesto para 2025 en todo México los proyectos de inversión tienen asignados 996 mil mdp, que incluye inversión financiera y física. Por ejemplo para la infraestructura para trenes se destinarán 157 mil mdp y para las carreteras y caminos: 20 mil mdp.
Durante los discursos y entrevistas de Carlos Vichido Hernández, Secretario de Infraestructuras del gobierno de Oaxaca, detalló los beneficios de la carretera Mitla-Tehuantepec en materia de los costos de operación, de los obstáculos de administraciones anteriores con respecto a darle “banderazo” a estos proyectos, de los retos topográficos de los territorios oaxaqueños y del impulso en el desarrollo económico del sur- sureste de México. El próximo proyecto de infraestructura de la llamada “Primavera Oaxaqueña” será la autopista Oaxaca-Tuxtepec; donde se está elaborando el proyecto ejecutivo, para saber su costo y determinar si podría necesitar una inversión de la ip.
Actualmente las autopistas de Oaxaca son administradas por Caminos y Puentes Federales; ya que en palabras de las autoridades; es la mejor manera de transparentar los recursos en esos territorios. Incluso el propio gobernador Salomón Jara, ha declarado que este año invertirán 2 mmdp en reencarpetar las carreteras de ese estado.
Algunas preguntas a lo anterior ¿Qué pasó durante 20 años, cuando se comenzó con este proyecto y nunca se terminó?, ¿En ninguna administración del pasado se tuvieron los 42 mil 752 mdp que requería esta vía de 169 kilómetros para su culminación? y por último ¿Para qué contribuirá en la conectividad de la capital del estado y la Sierra de Juárez con el Istmo de Tehuantepec? Personajes que tendrían que rendir cuentas a estas preguntas son los ex gobernadores de esa entidad.
Por otra parte, este ejemplo muestra cómo el gobierno puede generar diferentes efectos positivos en la economía de sus estados, como es la generación de manera directa de 12 mil 200 empleos, y el beneficio a más de 1.4 millones de habitantes de los municipios de San Pablo Villa de Mitla, San Lorenzo Albarradas, San Pedro y San Pablo Ayutla, Santo Domingo Tepuxtepec, San Pedro Quiatoni, San Juan Juquila Mixes, Nejapa de Madero, Santiago Lachiguiri, entre otros. Otros beneficios serán la reducción de tiempos en esa distancia a dos horas 30 minutos. En fin, hace unas semanas la Presidenta Sheinbaum anunció un primer plan de inversión mixta para impulsar el desarrollo de 503 km de infraestructura carretera (autopistas) que implica un monto de 54,299 mdp para complementar la inversión pública, sin que se ofrecieran más detalles.
Los proyectos anunciados son: Sonoyta-Puerto Peñasco, Córdoba-Orizaba, Cardel-La Tinaja y ramal Puerto Veracruz, La Pitahaya SLP- Querétaro, Uruapan-Zamora y Nueva Italia-Lázaro Cárdenas. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte, “la extensión de la Red Nacional de Caminos en México en 2024 era de 916 mil 078 km (carreteras pavimentadas + vialidades/enlaces + caminos), de los cuales: 179,536 km – Carreteras pavimentadas, 51,311 km – Carreteras federales, 104,040 km – Carreteras estatales, 24,185 km – Otros (municipales, particulares), 11,094 km – Autopistas de cuota
527,744 km – Caminos no pavimentados y 1,356 plazas de cobro. En seis años estas cifras aumentarán; dejando como reto si el gobierno es el único que puede administrar e invertir en estas obras o requiere de la inversión de la iniciativa privada”. Algunos ejemplos actuales muestran que el modelo oaxaqueño llegó para quedarse en muchos estados del país.
*Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco