Hermosas casonas de estilo americano distinguen a uno de los barrios más hermosos y nostálgicos de esta ciudad serrana.
El escritor y académico Luis Eduardo Ibáñez narra que el Barrio Americano fue habitado por técnicos e ingenieros provenientes de Los Estados Unidos de América que llegaron a la zona para la explotación minera y forestal.
«Casas con casas de madera, de dos aguas estilo Estados Unidos subsisten, siendo uno de los edificios más importantes es el llamado Hospital Blanco y de un casino», detalló el académico que estudia y observa con nostalgia la historia de Madera, de donde es originario.
Destacó que antes de la Revolución Mexicana el gobernador Enrique Creel promovió inversiones en el recién creado el municipio de Madera.
La idea era explotar los cantones mineros y el macizo forestal y para ellos se apuntaron grandes capitales estadounidenses, canadienses e ingleses.
El Barrio Americano surge precisamente de la colonización de estadounidenses que llegaron para echar a andar un molino enorme, de más de media docena de troneras en las que se cepillaban cantidades industriales de madera que era exportada para la construcción en Los Estados Unidos. Este auge también trajo consigo el trazo del tendido de ferrocarriles del tren Noroeste que pasaba por Ciudad Madera y unía a Juárez y Chihuahua.
Mucha gente llegó de diversas partes de la entidad para preparar en esta privilegiada región.
En 1913, con la llegada a la región de los tropas revolucionarias se consideró entregar a los trabajadores mexicanos la operación del molino pero esto no se consolidó.
El Barrio Americano subsistió durante mucho tiempo con la llegada de otros inversionistas extranjeros y chihuahunses, pero hacia finales de los años 40 perdió su auge pero nunca su brillo y encanto partícular.