Por: Manuel Narváez Narváez
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Chihuahua es una ciudad competitiva y con buenas argumentos para colocarse entre las mejores ciudades del país para vivir; el lugar varía según la empresa que realiza el estudio, pero para el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ocupa el segundo puesto, sólo debajo de Mérida, Yucatán.
En esta ciudad la oferta educativa es muy atractiva, al igual que los servicios de salud, exceptuando a los públicos como el IMSS, el Issste y Pensiones Civiles del Estado.
Los hospitales y clínicas privadas hacen un buen quite, aunque los costos están fuera del alcance de la mayoría de los pacientes; mientras que las consultas médicas que ofrecen las cadenas de farmacia ayudan mucho para abatir el descomunal rezago del sector público.
La ubicación estratégica de la capital permite que la inversión privada la encuentre atractiva porque conecta el traslado de mercancías al norte, al este, al oeste y al sur, pese a las desastrosos tramos carreteros federales. Ciertamente la inseguridad relacionada con el crimen organizado está presente, sin embargo, dista mucho de los altos índices que prevalecen en la frontera y en varias regiones de la sierra. Cabe destacar que delitos graves como el secuestro y la extorsión no están en niveles de alarma como sí en entidades del altiplano y del Golfo de México. Al menos no figura en las estadísticas rojas del Secretariado de Seguridad Pública Federal.
La oferta en vivienda es muy amplia, pero hay que decirlo, no está al alcance de la mayoría de los trabajadores que se emplean en la industria maquiladora, en tiendas departamentales y en las cadenas de supermercados.
El entretenimiento, el espectáculo y el arte ofrecen un gran abanico de opciones para todo tipo de público, desde aquellos que le pierden el amor a varios miles de pesos para ir a conciertos de sus artistas favoritos, hasta los que se pagan con dinero público para que las familias que no pueden cubrir los altos costos de las entradas al teatro, al palenque o estadios. Las instalaciones deportivas son de primer nivel. Aquí se pueden desarrollar competencias de talla internacional y albergar a deportistas de alto rendimiento para muchas de las disciplinas, en espacios abiertos y cerrados que cubren las necesidades para sentar a decenas de miles de asistentes. Peeero tenemos un problema que debe atenderse sí o sí en el corto plazo.
La movilidad está afectando la calidad de vida de los chihuahuenses, ya que los autos, motocicletas y transporte pesado que circulan a diario por las principales arterias de la ciudad, así como las secundarias alimentadoras, convierten en un infierno el flujo vehicular por varias horas.
Como dato de entrada, en Chihuahua están registrados más de 600 mil automotores, no sé si todos circulan diariamente, pero sí hay que tomar en cuenta que el padrón aumenta en más de 20 mil unidades anuales entre nuevos y los que llegan por decreto presidencial. Tan sólo en el sexenio pasado ingresaron al país por esa causa más de 2.5 millones de vehículos, amén de los cientos de miles de automóviles de manufactura china que inundaron las ciudades con precios más bajos que la competencia tradicional japonesa, alemana, francesa, coreana y norteamericana.
Chihuahua se ha convertido en una metrópolis, considerando las cercanías con Aldama y Aquiles Serdán, con graves problemas de tráfico como la CDMX, Monterrey, Guadalajara o Ciudad Juárez.
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Hoy en día las principales avenidas de la ciudad están a reventar desde las 6 hasta la 9 de la mañana, de las 14 a las 16 horas y de las 18 a 21 horas, de lunes a viernes por lo menos. Salvo el poniente que se salva del tránsito pesado, el norte, sur y oriente tienen que soportar la carga vehicular del transporte de mercancías y la contaminación de los muchos que circulan expulsando el maldito humo negro, además de la prepotencia de choferes indolentes. El primer cuadro de la ciudad y las zonas de mayor plusvalía no padecen del tráfico pesado, pero sí del irracional e indiscriminado uso de camionetas y autos de reciente modelo y alta gama por parte de automovilistas que obstruyen hasta tres carriles a la hora de la salida de clases de sus vástagos.
El comercio también aporta su cuota para el lento flujo vehicular, tales son los casos de propietarios de lotes de autos que obstruyen banquetas y agandallan carriles, lo mismo hacen gasolineras, heladerías y cadenas de comida rápida.
El volumen de automotores que circulan por la ciudad trae aparejado constantes choques en horas pico, lo cual no sólo ralentiza o detiene el tráfico, sino que encarece las pólizas de seguros de los autos.
Todo este desmadre afecta a los chihuahuenses porque pasan más tiempo dentro de un auto o el transporte público, por lo que el costo de vida en una de las ciudades mejores para vivir se eleva mucho.
Para atender la problemática, el Gobierno Municipal de Chihuahua invita a participar en la Consulta Pública del Programa Sectorial Metropolitano de Accesibilidad y Movilidad Sostenibles de Chihuahua (Psmams), por lo que implementó un Código QR disponible en la página web del Implan, que permite a los interesados consultar todos los detalles necesarios de manera rápida y sencilla.
El problema es que las opiniones presentadas deben contar con un soporte técnico adecuado para que sean considerados seriamente en el proceso de elaboración del Psmams, de lo contrario, gracias por participar.
Urge atender este grave problema dada su vital importancia.
No se requiere pagar la millonada a “expertos”, porque el Gobierno Municipal y el del Estado ya deben contar con estudios, análisis y diagnósticos para iniciar con la solución. Tampoco se debe descartar alguna posibilidad de solución, como ya se hizo en Juárez; sí hay que implementar medidas fuertes y ejemplares, que se haga, pues estar pensando en la siguiente elección y no en la siguiente generación es lo que tiene jodido a este país.
Quiero que se haga realidad aquel lema de campaña de 1997: “Por el México que todos queremos”, por lo menos en la ciudad donde vivo.
A ver a qué horas.
Es cuanto.