Este es un pueblo en Noruega que recibe la luz del sol a través de un espejo gigante. Se trata del pequeño pueblo de Rjukan, rodeado de montañas que bloquean la luz solar durante aproximadamente seis meses al año, desde octubre hasta marzo.
Para solucionar este problema, en 2013 se instaló un sistema de espejos gigantes, conocidos como «soles artificiales», en la cima de las montañas que rodean el valle.
Estos espejos, controlados por un sistema computarizado, reflejan la luz solar hacia el centro del pueblo, iluminando la plaza principal y permitiendo que los habitantes disfruten de la luz durante los meses más oscuros. Con una superficie total de 51 metros cuadrados, los espejos se ajustan automáticamente para seguir el movimiento del sol y redirigir la luz.
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