Legendario joven aferrado a un volante daba paseos a los niños de Juárez
A finales de la década de los 70 y hasta mediados de los maravillosos 80, los niños de esa época pudimos «subir» en su auto imaginario y recorrer las calles del Centro de Ciudad Juárez.
El joven que generosa y velozmente nos paseaba por los alrededores del mercado Juárez y el pasaje Guadalupe no tenía nombre formal pero sí una marca: ‘El Güero Mustang’.
En playera de tirantes corría por calles y avenidas llevando a cinco o seis de nosotros detrás de él, en fila india.
Era conductor responsable y frenaba abruptamente cuando alguno de nosotros no se alineaba justo detrás de su cuerpo delgado y correoso por tanta velocidad. Era entonces que gritaba: «¡Metan la cabeza, metan la cabeza!».
Nos ganaba la risa cuando derrapaba y nos arrojaba por el asfalto ante un inminente choque, pero nos entristecía y nos llenaba de rabia la historia que describía el origen de su locura: se decía que había perdido la razón cuando fue victima de la rifa de un flamante Mustang que jamás le entregaron y desde entonces vagó por el centro aferrado a un volante de auto.
Sea como sea, su locura nos regaló felicidad a los niños de ese remoto pasado.
Ya entrados en los 60 años, estos viejos niños buscan a ese veloz conductor de un clásico llamado El Güero Mustang.
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