Por Gerson Hernández Mecalco*
¿Será verdad que cuando negociamos una sociedad política o económica, debemos de hacerlo con socios de igual poder que nosotros; y no con otros todopoderosos?, pero mejor vamos por partes. El león es un mamífero carnívoro y pertenece a las especies de la panthera. Se cuenta que un día el rey de la selva estaba hambriento y vio pasar a un asno. En los pensamientos del felino; el animal de orejas grandes sería su suculento platillo; sin embargo, platicaron y llegaron a un aparente acuerdo.
El burro dijo: “Señor león, rey de estos contornos y alrededores, loada sea su alteza, la que espero tenga oídos para la idea que he tenido”. Este fue el primer mensaje del animal de dieta herbívora, compuesta por pastos, alfalfa, arbustos, etcétera. La propuesta era que con sus enormes patas y velocidad, el asno alcanzaría a otros animales para conducirlos hasta el paraje en el que el león estaría esperando; para después matarlos con su mandíbula mortal.
En fin, la sociedad avanzó y al día siguiente muy temprano en el río inició la operación 01 de octubre. El asno, que es una especie de la familia de los équidos, salió salvaje en busca de animales “a los que asustó con sus brincos y los llevó hasta el escondite. Hizo lo mismo tres veces y mataron a las presas. Cansados del calor del mediodía decidieron suspender sus trabajos y repartirse la caza”.
El lejano familiar de Simba comenzó su discurso: “Señor asno, he aquí el fruto de nuestros esfuerzos. Tomaré a las presas y las dividiré en tres partes… El primero me corresponde a mí como parte de los honores que se me deben por ser el rey de la selva”. Al escuchar el primer mensaje, el asno brincó de felicidad y aplaudió el bienestar alimenticio. El león continúo: “El segundo ciervo es mío y me es de justicia tomarlo como retribución a mis esfuerzos durante nuestra cacería”.
La reacción del burro fue tensa, mientras babeaba de hambre. El felino culminó con su tercer mensaje clave: “Veamos ahora esta tercera parte y que se ve muy apetitosa. Os digo ahora, y haréis bien en creerme, que esa parte os puede ser de gran daño si decidís comerla, a menos, claro, que por vuestra propia voluntad la cedáis al rey de la selva que se sentirá muy honrado con vuestro obsequio”.
Sirva el relato para dar una moraleja relatada en El león y el asno en las fábulas de Esopo Milo (1919). “La fuerza hace al derecho. No puede argumentarse nada razonable contra quien posee la mayor fuerza. Argumente usted contra un gobierno, usando las más razonables de las premisas y las más sólidas de las conclusiones… enfrentará un problema serio. La razón de nada vale contra la fuerza”. En una negociación política los acuerdos son claves para que no los traten como asnos.
Voz en off. El Profesor de la FCPyS-UNAM Octavio Rodríguez Araujo coordina ¿Qué dejó el gobierno de López Obrador? (Grupo Editor Orfila Valentini) En un adelanto del capítulo “Autoritarismo con tintes autocráticos” dice: “Dicho personalismo se denomina autocracia… significa, según la RAE, ‘forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley’. Para despejar dudas que pudieran cuestionar mi objetividad, cito sus propias palabras muy publicitadas: ‘no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley’. Y así fue su mandato, por encima de la ley, de la ley que debiera regir para todos los mexicanos incluyendo al jefe del Ejecutivo o empezando por éste”. Ese libro no es una fábula, pero también hay pocos felinos que miran desde su Palacio a los équidos ingenuos.
Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco
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