Dan 50 años de prisión a Zetas por 122 ejecuciones; destaca matanza de San Fernando
Once sicarios del grupo criminal Los Zetas fueron sentenciados a 50 años de prisión por la muerte de 122 personas, entre ellas 72 migrantes centroamericanos que se negaron a trabajar para la organización criminal conocida como “La Matanza de San Fernando”.
La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó la sentencia mediante un comunicado expuesto en su página web y compartida en sus redes sociales.
“La Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), en coordinación con la Fiscalía Federal en el Estado de Tamaulipas, obtuvo del Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en dicha entidad, con residencia en Matamoros, sentencia condenatoria en contra de 11 personas por su responsabilidad en el delito de homicidio calificado”, publicó. Destaca entre los sentenciados Martín Omar Estrada de la Mora, alias ‘El Kilo’, jefe de plaza del cártel, quien fue detenido el 16 de abril de 2011 en un operativo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Además de la matanza de indocumentados, el grupo criminal fue sentenciado por los asesinatos de Roberto Jaime Suárez Vázquez y Juan Carlos Sánchez Suárez, agente del Ministerio Público y secretario de Seguridad Pública de San Fernando, respectivamente.
El resto de los condenados son: Luis Manuel Salazar Sánchez alias “Gordo Flow”; Sergio Córdova Martínez, “El Diablo”; Samuel Moreno Saavedra, “El Chiquilín”; Erick Rubén Zetina Hernández, “El Guacho”; José Mauro Oñate Rodríguez, “El Vegueta”; Jhonny Torres Andrade, “El Sombra”; Juan Pablo Cabrera Escalante, “El Cacharpas”; Salvador Alfonso Martínez Escobedo, “La Ardilla”; Víctor Cuitláhuac Montoya Torres, “Comandante Degollado” y Elfego Cruz Martínez.
La Matanza de San Fernando ocurrió el 22 de agosto de 2010, que fue cometida por el cartel de Los Zetas, justo en el ejido de El Huizachal, municipio de San Fernando, en Tamaulipas. Fueron 72 víctimas (58 hombres y 14 mujeres), personas migrantes procedentes de diversos países que se dirigían a Estados Unidos.
El sitio oficial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que las personas fueron asesinadas por la espalda, y después sus cuerpos apilados y abandonados a la intemperie, lo que aceleró su proceso de descomposición. Autoridades mexicanas concluyeron que las personas migrantes fueron secuestradas por Los Zetas y retenidas en un rancho donde, al negarse a trabajar para el grupo, fueron asesinados.
La masacre derivó en un movimiento internacional para promover la defensa de los derechos humanos de los indocumentados en México.
Cada uno de los sentenciados purgará un año de prisión por cada dos víctimas en promedio, si no son dejados en libertad anticipada por los beneficios de la Ley Penitenciaria.
