Por Gerson Hernández Mecalco*
La tarde del viernes 16 de agosto, dos jóvenes universitarios acudieron a las instalaciones de Medicina del Deporte UNAM, en Ciudad Universitaria, CDMX. Su objetivo era tramitar un certificado médico para reunir los requisitos para utilizar las instalaciones de la Alberca Olímpica de CU. La respuesta de la responsable fue “estamos saturados, el médico puede hasta finales de septiembre”.
Los estudiantes, tal vez estaban motivados por la reciente actuación Osmar Olvera, doble medallista en los Juegos Olímpicos de París, o tal vez solo querían disfrutar de uno de los espacios deportivos de nuestra Universidad. Sin embargo, la respuesta fue que esperaran a que pasaran las fiestas patrias. Les juro que en esa oficina no estaba Ana Gabriela Guevara, porque tal vez ella les hubiera sugerido vender trajes de baño para pagar su certificado médico en otra institución.
Recientemente la Asociación Nacional de Atletas Colegiados de EE.UU., documentó que la Universidad de Stanford es su campeona por conseguir más medallas en París con 39 preseas (12 de oro, 14 de plata y 13 de bronce). Una nota de Reforma explicaba: “que es fundamental este recuento, pues habla de la importancia que le dan a sus programas de becas deportivas y su prestigio”.
Otras universidades con más medallas que países, entre ellos México fueron: California (23), Virginia, USC y Texas (15); Penn State (13), la UCLA (12), Kentucky, Florida y LSU (11). En nuestro país, de las cinco medallas obtenidas, ninguna puede ser presumida por alguna universidad pública o privada; pero sí hubo miembros activos de la Sedena como los clavadistas Osmar Olvera y Juan Celaya; y las integrantes de tiro con arco femenil Alejandra Valencia, Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz.
Los dos ejemplos anteriores generan muchas preguntas ¿Cuántas medallas olímpicas han obtenido estudiantes becados por el Tec?, ¿Qué resultados han logrado las universidades públicas en los Juegos Olímpicos?, más allá de poner a competir, a sus alumnos, en una prueba de obstáculos administrativos a los interesados en obtener un certificado médico para poder practicar un deporte.
Cada cuatro años se señala el trabajo burocrático de personajes como Ana Gabriel Guevara, y se les lincha como los chivos expiatorios de un problema nacional; en ese abismo se aplauden las acciones de sustentabilidad de empresas que premian a los deportistas como la talacha del barrio con 200 y 500 mil pesos y hasta un millón por sus medallas, otros regalan autos; pero la mayoría brillarán por su ausencia en los procesos. Un integrante de la delegación mexicana me platicó que no hay continuidad en los apoyos, “todos quieren su foto, otros evaden impuestos, pero también se debe reconocer el trabajo de los héroes anónimos que apoyan el talento de los deportistas”.
Por fortuna universidades como el Tec continuarán apoyando con becas deportivas a alumnos talentosos, y no privilegiados; a pesar de que no sea suficiente para ganar medallas. En unos días se nombrará al nuevo titular de la Conade, y en cuatro años ella o él será el culpable de los problemas deportivos de toda una nación; debido a que su cargo no impedirá que haya personal administrativo en la UNAM, u otra institución, que haga esperar más de un mes a un alumno, para poder continuar un trámite de acceso a una alberca. En fin, estoy seguro de que Mario Delgado y Rosaura Ruiz, próximos titulares de las secretarías de Educación, y Ciencia, Humanidades, Tecnologías e Innovación, respectivamente, ya están preparando una estrategia para Los Ángeles 2028.
*Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco
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