La imagen fue captada por en fotografo cubano Alberto Korda en el fragir de la revolución cubana
Korda llegó a Sumidero, Provincia de Pinar del Río, Cuba, casi por casualidad, en 1959, cuando estaba trabajando en un encargo publicitario para la fábrica Sabatés.
Preguntó en el pueblo dónde podía alojarse y los lugareños le señalaron la casa donde vivían los Seijó, una de la más grandes del lugar. Entró en la casona por la parte de atrás y, entonces, vio a una niña de enormes ojos negros acunando un trozo de madera semi-envuelto en papel de periódico. Esta niña apretaba contra su pecho la única muñeca que sus dos añitos habían podido acariciar, un pedazo de madera rescatado entre la basura del patio cubierta con su único vestido, un pedazo de papel. Le hizo una instantánea y preguntó: “¿Qué tienes en las manos?”. La pequeña respondió con naturalidad: “Es mi muñequita y se llama Nene”.
¿Qué pasó con Paula? A mediados de los años 60, su madre murió y su hermana Araceli, con sólo 9 años, se hizo cargo de las tareas maternas. Gracias a ella, Paula consiguió terminar la primaria, se hizo enfermera y, luego, se casó. Cuentan que el día de la boda, puso un lacito a Nene y se retrató con ella.
Pero la historia no tiene un final feliz: Paula murió de leucemia poco antes de cumplir los 22 años. Nene continúa en la casa cuidado como un bien muy preciado.
La foto fue publicada por primera vez el miércoles 2 de septiembre de 1959 en el periódico Revolución bajo el título “A esta niña no podemos olvidarla”. Además, se convirtió en la imagen de una campaña titulada “NI UNA NIÑA SIN MUÑECA EN LA NAVIDAD DE LA LIBERTAD” que pretendía entregar juguetes a todos los niños pobres de Cuba”.
“Las infancias nunca duran. Pero todo el mundo se merece una”.
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