La defensa de la Gaviota

No entienden … que no entienden

En Chihuahua hemos sido testigos de cómo en estos dos últimos días se ha intensificado el ataque de la gobernadora Maru Campos y el edil de la capital, Marco Bonilla, a quienes se han manifestado en contra de la obra de teatro del director Alberto Espino De la Peña. Se han enfrascado en la defensa de lo que personalidades del medio cultural local y nacional han tildado de «abuso», «fraude» o «desvió de recursos públicos para intereses no claros».

Han sido días en que medios de comunicación, por cierto, todos con convenios de publicidad con Gobierno del Estado y/o con la presidencia municipal de Chihuahua lo cual es documentado por el portal informativo «La verdad Juárez» en la siguiente nota: Gobierno de Maru Campos gasta 138 millones de pesos por publicidad en medios – La Verdad Juárez (laverdadjuarez.com), han dado una cobertura importante a la defensa que hacen la Gobernadora y el Presidente Municipal de la capital sobre la puesta en escena de la obra de teatro «La Golondrina y su príncipe» y es que se han dedicado a «atacar» a quienes están en contra de dicha puesta en escena tachándolos de «Corralistas» o «Morenistas», cuando en realidad es que es como dijeran «no entienden que no entienden». El gastar dinero de la ciudadanía, en este caso la cantidad de más de 34 MILLONES de pesos en una sola obra de teatro NO es lo que la ciudadanía solicita y mucho menos lo que la ciudadanía necesita.

Es algo inconcebible el hecho de que tanto Maru Campos como Marco Bonilla no quieren ver que esa cantidad de recursos se pudo haber utilizado en la organización de un Festival Internacional Chihuahua que tiene mucha más trascendencia, tiene más apoyo hacia artistas locales y genera más turismo cultural que esta «magna obra de teatro». La protesta de la comunidad cultural es por la falta de criterio al asignar el recurso público que se tiene destinado para cultura en un solo beneficiario, en este caso, el director Alberto Espino De la Peña.

Por cierto, han dado a conocer el costo de la obra de teatro, pero no han mencionado el costo en el que han incurrido en la defensa de la misma.

El ciudadano de a pie, el que quiere a gobernantes que vean por el bien de la comunidad, por el bien de este bello estado de Chihuahua, no quiere ver obras de teatro de talla internacional, el ciudadano quiere que apoyen al talento local, quiere eventos culturales en los que pueda disfrutar con la familia, no pide que traigan el musical de Chicago, tampoco piden la puesta en escena de «La golondrina y su príncipe», el ciudadano de a pie al igual que la comunidad cultural del estado y muchos actores a nivel nacional rechazan esta puesta en escena por la simple y sencilla razón de que con ese presupuesto se pudiera hacer mucho más por difundir la cultura, mucho más por llevar teatro, música, baile a más regiones del estado.

De nueva cuenta Maru Campos y Marco Bonilla cometen un grave error de cálculo político del cual aún no se pueden predecir las consecuencias. Esta obra de teatro de la Golondrina y su príncipe nos hace recordar a otra ave, a una Gaviota, aquella a la que en el 2014 le fue descubierta una casa blanca y que trajo consecuencias a su Príncipe, el presidente Enrique Peña Nieto y a su mismo partido, el Revolucionario Institucional, hoy al borde de desaparecer. Solo el tiempo nos dirá sí esta Golondrinatiene consecuencias en el 24 para sus acérrimos defensores, Maru Campos y Marco Bonilla.

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