Por: Caballo de Troya
Chihuahua, Chih., a 4 de julio del 2022.- Que “De lengua me como un plato” dice el conocido refrán… cuando en realidad Chihuahua amenaza con indigestarse ante las copiosas declaraciones que han arreciado tras la llegada del exgobernador tres años evadidos de la justicia en el estado que “gobernó”.
Tan contrastantes como desgantantes, distintas como la noche del día, las primeras planas y medios electrónicos y digitales hacen eco de la Voz del exgobernador que redacta copiosas cartas desde una cómoda cama de hospital privado, donde convaleció durante varios días.
En tanto, los equipos de comunicación social de Chihuahua dan “línea” a los medios de comunicación para evadir las responsabilidades asumidas por el Gobierno hace alrededor de 10 meses, y es que argumentan que la responsabilidad de los muertos, masacres y hasta la descompostura de los semáforos es de la pasada administración.
Pero lo que no se dice, solo se comenta es que aunque el exgobernador que gustaba de correr maratones y llegó hasta impulsar carreras de unidad entre las familias chihuahuenses, llegaba tempranito a trabajar, a veces todavía con su raqueta en mano, pero la actual gobernadora apenitas si bien nos va arriba a Palacio pasadas las once de la mañana.
Es así que Corral fue criticado tanto por los medios de comunicación, porque desde un inicio decidió que no habría dispendio en la promoción de su imagen como gobernador y eso le valió la difusión de un sinfín de notas en su contra o la nula difusión del trabajo realizado durante su gestión.
Y mejor ni cuestionar que no ha habido inauguración de obras, solo las dejadas por la pasada administración, como el edificio de la Agencia Estatal de Investigación en el C4 cuyo proyecto fue realizado por el gobierno pasado y quien cortó el listón inaugural fue nada más y nada menos que la nueva administración.
Hacemos mucho con poco, se nos dice, pero el replaqueo y cobros adyacentes por este mecanismo impuesto a los ciudadanos cuya economía se encuentra agonizante por la pandemia del Covid-19 es terrible y más cuando muchas de las unidades a las que se tiene que hacer replaqueo adicionalmente se debe de llevar a cabo el cambio de propietario, es decir, dinero y más dinero.
Ahora, el tema de la inseguridad, también es culpa del exgobernador, desconocemos que tan bueno sería para los deportes, pero en su administración no se cobraron placas, ni demás arrimadijos, aguantó los memes y caricaturas, hasta el mote de “huevón” y de todo se le dijo por parte de los medios de comunicación, mientras que ahora, basta con hacer señalamientos a cualquiera del “grupo” de intocables azules, que terminan por pedir la cabeza del periodista que se atreva a elevar una voz crítica.
Un ejemplo de ello, fue el caso de Isabel Domínguez despedida de Radio Universidad por que en el medio digital propiedad de su familia, comenzaron a “criticar” al alcalde albiazul de la capital.
Aunado a esto trascendió que, debido a los hechos de sangre ocurridos en Cerocahui se pretendía dar línea a los medios de comunicación que reciben convenio de publicidad de Gobierno del Estado para que sus notas giraran en sentido de que el “gobierno federal” que encabeza López Obrador es el responsable de la inseguridad en el estado.
Es decir que, la presencia de los efectivos de la Guardia Nacional que se han desplegado en el estado y se han sumado a los patrullajes de los que tanto presumen las autoridades en Chihuahua son insuficientes, cabe preguntarse entonces si lo son ?por que nunca lo dijeron en las mesas de seguridad que se celebran cada semana?.
Digo si se reunen los tres niveles de Gobierno y analizan las estrategias, pues es ahí el espacio donde se pueden atender las necesidades de incrementar los números de efectivos en la entidad, pero siempre se nos dice que todo va bien hasta que no se dan las masacres como la ocurrida en Juárez en un restaurante familiar y en Cerocahui por parte de un líder criminal cuya orden de aprehensión tiene tiempo vigente.
En este tema de “El Chueco” no podemos quitarle la responsabilidad al exgobernador, pero tampoco a la actual administración, incluso a la del propio Duarte Jáquez ni al pueblo de Urique pues es parte de la cultura del narco que impera en la zona serrana el que se proteja a este tipo de personajes, por miedo, conveniencia o bien simple cariño, pues recordarán que José Noriel era por todo el pueblo conocido y por que no… querido, temido y odiado.
Cabe recordar que fue Justo en la gestión duartista cuando Cruz Sánchez Lagarda, indígena rarámuri, acompañado de su familia y tantas más, abandonaron la comunidad del Manzano, en el municipio de Uruachi. Ese desplazamiento tuvo su origen en la figura ya para 2015 tristemente célebre del “Chueco” y los miembros del crimen organizado que amenazaron a jóvenes de la comunidad que se negaban a ser reclutados por ese grupo. En febrero de ese año, uno de los hijos de Cruz Sánchez fue asesinado.
Tendría que darse una refresca dita de memoria el exgobernador Duarte, pues el desplazamiento forzado que ha dejado a las comunidades a Merced del abandono tuvo su génesis en su “eficiente” modelo de seguridad que básicamente consistía en maquillar y ocultar los hechos de violencia en su administración.
Pero “lavarse las manos” como Poncio Pilatos para evadir la responsabilidad adquirida hace diez meses y salir a decir que fue el exgobernador, cuando yo me despierto a las once para las doce, como que no es muy responsable, pero que nos queda cuando tenemos el Gobierno que nos merecemos… a aguantar cinco años más, haber que otra ocurrencia nos salen para evadir la realidad en la que vivimos los chihuahuenses.
Variedad en el menú debe haber para un pueblo que ha sabido sobreponerse a todo tipo de adversidades. No más lengua y más acción.
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