En el marco del Día Mundial sin Tabaco, el IMSS realiza pláticas, talleres y cursos dirigidos a niños y adolescentes para prevenir el tabaquismo.
Para combatir el tabaquismo, primera causa de muerte prematura en el mundo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) redobla sus acciones en materia de prevención y tratamiento a favor de derechohabientes que deciden dejar de fumar, y para ello realiza pláticas, talleres, cursos, además de contar en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI con la Clínica de atención para apoyar el abandono del tabaquismo.
Al respecto, el doctor Edgar Mondragón Armijo, jefe de Área Médica en la Coordinación Técnica de Excelencia Clínica en Enfermedades Respiratorias e Infecciosas, resaltó que anualmente el IMSS otorga más de 300 mil consultas médicas relacionadas al consumo del tabaco y se podrá dar continuidad ante la recuperación de los servicios médicos.
“Se está contemplando la posibilidad de extender el número de Clínicas para apoyar el abandono del tabaco así como adquirir nuevos medicamentos efectivos para evitar la supresión por nicotina en las personas que abandonan el hábito de fumar”, enfatizó.
Señaló que el Seguro Social tiene un convenio con los Centros de Integración Juvenil para el manejo integral de derechohabientes que desean dejar de fumar, quienes reciben apoyo en sesiones grupales y tratamiento con medicamentos como parches y chicles de nicotina para evitar el síndrome de supresión causado por la falta de esta sustancia.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora mañana 31 de mayo, refirió que el confinamiento por causa de la pandemia de COVID-19 ha traído como consecuencia el incremento de trastornos como ansiedad o depresión, y esto a su vez ha generado que personas con el hábito del tabaco fumen más, y otros que no eran fumadores iniciaran el consumo del cigarrillo.
Edgar Mondragón Armijo dijo que el tabaquismo incrementa en 96 por ciento la posibilidad de tener una evolución grave en el transcurso de la enfermedad en paciente con COVID-19, si se compara con una persona no fumadora.
Además, el hábito de fumar en pacientes con COVID-19 aumenta en 76 por ciento la posibilidad de ingreso a cuidados intensivos, intubación y fallecimiento, expuso el especialista.
Comentó que el cigarro en su composición contiene alrededor de siete mil químicos, de los cuales alrededor de 70 son cancerígenos, tales como arsénico, alquitrán o uranio.
Destacó que sustancias como el monóxido de carbono causan lesiones en la capa interna de los vasos sanguíneos y como resultado hay una reacción inflamatoria y pueden obstruir el paso de sangre o desprenderse y obstruir vasos más pequeños, que ponen en riesgo la vida.
Dijo que tres de los cinco principales padecimientos que se atienden en el IMSS tiene como factor de riesgo el tabaquismo: enfermedades cardiovasculares y circulatorias; tumores malignos como cáncer de pulmón, laringe, boca, tráquea, mama, estómago y vejiga, así como males respiratorios crónicos como bronquitis y enfisema, que componen la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
El doctor Mondragón Armijo consideró de importancia mantener y reforzar las medidas de prevención para evitar que niños y adolescentes inicien el hábito, “si bien en México y el mundo en los últimos años se ha visto un descenso en el número de fumadores, no ha habido impacto en este grupo etario de la sociedad, se ha mantenido, y además incrementó su consumo en mujeres”.