Uno. La importancia de que Alfonso Ramírez Cuellar; Presidente Electo del Comité Nacional de Morena, nos informe de la situación actual de Morena, es relevante en la coyuntura electoral 20-21. Primero, porque además de la elección de los Diputados federales, hay catorce elecciones estatales y al día de hoy Morena es el partido de mayor en las preferencias electorales, al menos en doce de los estados. El escenario de ambos procesos electorales, el federal y el estatal, se caracteriza por una crisis única en salud, en empleo-ingreso-pobreza y política, con la moneda en el aire, de la transformación o vuelta atrás.
En este contexto, son muchas las preguntas de los simpatizantes de Morena a su Presidente. ¿Con qué estructura partidista se presenta Morena a los próximos procesos electorales? Sabemos del cuestionado padrón de militantes, de la no actualización de la estructura de consejeros, de la vigencia de los procesos de elección interna y además de una propuesta local de Reforma electoral, que incluye las elecciones primarias para los partidos y la segunda vuelta.
Segundo. A la ciudadanía en general, pero más a las minorías de la élite política y económica, qué, entre ignorantes y asustadas, por así convenir a sus intereses, ven el fantasma del comunismo de los años 50 y 60 del siglo pasado, en la propuesta de la medición de la distribución de la riqueza, promovida por el Presidente de Morena. Aceptando con los expertos que el mayor aporte del neoliberalismo es la generación de riqueza y desigualdades sociales, pues obvio que debemos ocuparnos como ya lo intenta Nueva Zelanda en una medición de las desigualdades y la concentración de la riqueza, por el bien de todos. Medición que tiene que ver con la Paz social, nada que ver con el comunismo.
Rafael Lucero