México.- Globos blancos, mariachis, una sala de velación improvisada en media calle y la ausencia de su madre, así se llevó a cabo una misa para despedir a la pequeña Fátima.
Los sacerdotes que oficiaron la misa pidieron no solo por Fátima, si no por todas las víctimas de feminicidio.
Compañeros de escuela llegaron a la humilde casa de su compañera que ya no volverán a ver, con globos blancos y le dieron el adiós.
Los restos de Fátima fueron llevados a un panteón que está muy cerca de lo que fue su casa.
Familiares, amigos y vecinos acompañaron a Fátima en su último recorrido por las calles donde alguna vez jugó.
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