La Comisión de Salud, presidida por la diputada Miroslava Sánchez Galván (Morena), realizó el seminario “La Política contra la obesidad en Chile, el mejor ejemplo para el Legislativo Mexicano”, con el fin de conocer experiencias y resultados sobre la implementación de la Ley de Alimentos y Etiquetados en ese país andino para reducir los índices de obesidad infantil.
La legisladora dijo que en México la obesidad es un problema serio que trae consecuencias graves en la salud infantil, factor importante para el país que requiere solución.
La diputada Carmen Medel Palma (Morena) resaltó que nuestra nación se encuentra en una paradoja: existen entidades con carencias alimentarias y la Ciudad de México, presenta los índices más altos en sobrepeso u obesidad en población infantil.
Destacó que es insuficientes la estrategia implementada para la prevención y combate a las enfermedades crónico degenerativas. Hoy como nunca la población requiere no solo de alimentos, sino que sean nutritivos y de calidad para garantizar el bienestar, comentó.
“La alianza que el gobierno ha tenido con empresas transnacionales oferta lo contrario, debido a que es difícil que estás empresas tomen en cuenta la salud, nutrición, condiciones económicas, sociales y culturales de los consumidores”, añadió.
Por ello la regulación del etiquetado de alimentos debe ser de fácil entendimiento para el consumidor, debido a que representa una importante estrategia en la prevención y combate a enfermedades como sobrepeso, obesidad y diabetes.
Después de escuchar la política contra la obesidad de un país como chile, que ha enmarcado la pauta a nivel internacional, nos deja no solo un gran aprendizaje sino también una gran tarea y compromiso para atender este problema, apuntó Sánchez Galván.
El diputado Manuel Huerta Martínez, también de Morena refirió que en 1972 personal del Instituto Nacional de Nutrición acudía a las zonas rurales a instruir a las amas de casa en cómo nutrir a las niñas y niños con los alimentos nativos de la región. Estimó que en México se deben llevar a cabo programas sociales que enseñen a alimentarse.
En tanto, el diputado morenista Javier Ariel Hidalgo Ponce indicó que la obesidad es multifactorial, una parte tiene que ver con los alimentos y, otra, con la falta de actividad física y ninguno de los dos aspectos tiene una evaluación diagnóstico preciso en el país.
Ejemplificó que en los censos no se mide cuáles son las situaciones del consumo de alimentos, ni la falta de actividad física, ni de la obesidad; es importante que exista un diagnóstico al respecto para atacar esta enfermedad.
El diputado Víctor Adolfo Mojica Wences, de Morena, consideró que se debe de tomar en cuenta el modelo de etiquetado en Chile, así como los implementados en otros países para determinar qué se puede hacer en México.
“Creo que es el momento que además de ese etiquetado sobre la cantidad de calorías y grasas saturadas de los productos, se denuncie que los altamente calóricos son nocivos para la salud. Asimismo, es importante que se le dé la información a la población para que sepan que el tomar o comer alimentos altos en calorías les provocará problemas”.
La legisladora María de los Ángeles Gutiérrez Valdez (PAN) manifestó que la educación y la salud deben de ir de la mano. “En educación inicial y prescolar, es factible sentar las bases de una alimentación saludable”.
En algunas instituciones educativas los niños no pueden consumir papas, galletas y jugos, por lo que se habituaron a llevar fruta y agua natural. Sin embargo, los padres de familia “no logran entender que es más económico una alimentación saludable que el simple hecho de comprar un jugo o refresco”.
Por el PES, la diputada Elba Lorena Torres Díaz resaltó que México es uno de los principales países con obesidad, por lo que es preocupación de la Comisión de Salud incidir y atacar esta enfermedad.
Es necesario conocer qué se ha hecho con lo recaudado del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), para combatir obesidad y enfermedades crónico-degenerativas y que realmente se vea reflejado en mejorar este aspecto.
En su ponencia, el coordinador de la Alianza por la Salud Alimentaria, Alejandro Calvillo, habló sobre la dimensión de la obesidad y principales obstáculos para combatirla en el país. Expresó que en el año 2000 se reportaron cerca de 46 mil muertes por diabetes y en 2006 fueron 106 mil decesos, es decir, en 16 años casi se triplicaron las cifras; además, existe una asociación directa entre diabetes y obesidad.
No existe un sistema de salud que pueda hacer frente a la obesidad, considerada epidemia, ya que tratarla cuesta demasiado “en 2017, el costo total fue de más de 200 mil millones de pesos”.
Los alimentos ultra-procesados, comida chatarra, bebidas azucaradas y cereales, por mencionar algunos, generan un alto nivel de adicción, por sus cantidades enormes de azúcares, grasa y sal.
Es importante legislar en aspectos como prohibir la publicidad de comida chatarra dirigida a la niñez, como lo realizan Uruguay, Ecuador, Chile, Canadá e Israel; regular los alimentos y bebidas en las escuelas; ser más exigentes en los etiquetados, así como garantizar el acceso gratuito de agua potable en instituciones educativas, espacios públicos y restaurantes.
“En México, el etiquetado en alimentos y bebidas dirigido a niñas y niños, no es claro”; estos deben ser visibles, simples, entendibles y de rápida lectura.
Agregó que expertos internacionales señalan que el mayor obstáculo para implementar las políticas de sobre peso infantil, son las grandes corporaciones que se mueven de acuerdo a sus intereses.
Del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Chile, Marcela Reyes Jendicki, dijo que este país es el primero que utiliza los etiquetados como mensajes de advertencia.
Explicó el proceso de análisis de la Ley de Alimentos publicada en 2015. Los pilares de la regulación son el etiquetado, el marketing dirigido a niñas y niños y los ambientes escolares, es decir, qué alimentos son permitidos en los planteles.
“Los alimentos envasados previos a su venta tendrán una etiqueta que indiquen cuándo son altos en azúcares, energía, sodio o grasas saturadas; no hay estrategias dirigidas a la infancia en televisión, cine, internet; no se pueden regalar premios, concursos, y no se podrán vender o entregar en las escuelas”, agregó.
El ministerio de Salud chileno trabajó junto con académicos, asociaciones profesionales de salud pública, nutrición e infancia y sociedad civil para establecer formas de etiquetado, criterios nutricionales y medidas para proteger el marketing y ambientes escolares, comentó.
Durante el análisis, añadió, las autoridades de salud decidieron no incluir a las empresas de alimentos, marketing o envasado porque no podían ser parte de la regulación, aunque “sí se les consultó y se reunieron con ellas para escucharlas, más no para que tomen decisiones”.
Al implementar esta ley, la industria alimentaria reaccionó negativamente, pero con el paso del tiempo decidió cumplirla; además, las Pymes se reformularon, es decir, sus productos bajaron en sodio, grasas saturadas y azúcares. “El marketing sigue, solo que se redirecciona a alimentos más sanos con nuevos productos”.